Durante muchos años, viví mis relaciones desde el miedo.
Miedo a que me dejaran, a que no me eligieran, a que si mostraba cómo me sentía y lo que pensaba realmente, la otra persona se alejara… o no me quisiera.
Hoy entiendo que ese miedo no apareció de la nada.
Tuvo raíces profundas en mi infancia.
A los 10 años me diagnosticaron Diabetes Tipo 1, y ese momento marcó un antes y un después en mi vida. La enfermedad trajo consigo un sinfín de cuidados, controles y limitaciones que hicieron que mi entorno empezara a tratarme como si fuera frágil.
Mi madre, desde el amor y el miedo, desarrolló una sobreprotección que me enseñó que el mundo era peligroso, que yo necesitaba ser cuidada, y que no podía sola.
Mi padre, por otro lado, estaba físicamente ausente debido a su trabajo, y eso dejó un vacío silencioso en el que aprendí a no pedir, a no molestar, a no necesitar demasiado.
Siempre estaba para los demás, pero nunca para mí.
Crecí con la idea de que debía ser fuerte, buena, complaciente.
Que si me mostraba tal como era, podía ser demasiado o no suficiente.
Que debía adaptarme para no perder el amor de los demás.
Con el tiempo, me refugié en mis relaciones, buscando en ellas lo que no sabía cómo darme a mí misma:
amor, validación, seguridad, sentido.
Mi felicidad dependía de que otra persona me quisiera, me eligiera, me hiciera sentir valiosa.
De ahí nació la dependencia emocional.
Recuerdo con claridad esos fines de semana en los que mi pareja se iba con amigos: por fuera intentaba hacerme la fuerte.
Por dentro, me invadía una ansiedad silenciosa, un vacío que no sabía cómo nombrar.
Me tragaba mis emociones para no crear conflictos, por miedo a que se molestara, por no incomodar.
Asumía toda la carga emocional de la relación:
Si algo iba mal, creía que era mi culpa.
Si él se alejaba, pensaba que yo tenía que cambiar.
Me esforzaba por justificarlo todo, sostenerlo todo, incluso lo que no era mío.
Pero mientras trataba de no perder al otro…
la que se iba perdiendo era yo.
Ese fue el inicio de un viaje profundo hacia dentro.
Un camino en el que me atreví a mirar mis heridas con compasión, a soltar la culpa, a poner límites, a regular mis emociones, a sostenerme a mí misma sin ansiedad.
Aprendí a abrazarme con todo: queriéndome, aceptándome y eligiéndome.
Y desde ahí, empecé a elegir relaciones sanas, que sumaran, que me respetaran y me hicieran crecer.
Un espacio para acompañar a mujeres que, como yo, han vivido desde el miedo, la dependencia emocional o la sensación de no ser suficientes.
Mujeres que se han callado para no molestar, que han postergado sus deseos, que se han responsabilizado de todo por miedo al abandono.
Mi programa nació también como una forma de seguir sanando mis propias heridas, de reconectarme con mi valor y de disfrutar del presente con autenticidad.
Estoy profundamente agradecida de haberme elegido.
Hoy disfruto de relaciones sanas.
Y soy mamá de un bebé hermoso.
Algo que la Brenda del pasado jamás imaginó que sería posible para ella.
¿Estás lista para abrazarte, elegirte, disfrutar de relaciones sanas y construir una vida desde el amor?
Si todo esto ha resonado contigo, estoy aquí para acompañarte en tu viaje a tí, con las herramientas que a mí me hubiera encantado tener para evitar tanto dolor.
Porque mereces sentirte libre, segura y en calma contigo misma y en tus relaciones.
Porque mereces elegirte, sin miedo.
Y porque brillar es un derecho que te pertenece, no una excepción.
Actualmente trabajo como psicóloga independiente de forma online y desde hace más de cinco años me he especializado en Mindfulness y Autocompasión, herramientas que no solo transformaron mi vida, sino que también se convirtieron en el corazón de mi práctica profesional.
Tengo formación en trauma, apego, imagen corporal, ansiedad, atracones y otros temas relacionados con el bienestar emocional. Todo este recorrido me ha permitido desarrollar un enfoque terapéutico integrador, que se adapta a las necesidades únicas de cada persona.
En mi trabajo combino:
Terapias cognitivo-conductuales, para identificar patrones de pensamiento que limitan, construir un diálogo interno más amable y promover cambios reales en el comportamiento.
Terapias humanistas, que fomentan la autoexploración, el crecimiento personal, la aceptación incondicional y el amor propio.
Mindfulness y técnicas de regulación emocional, para cultivar la presencia, gestionar el estrés, la ansiedad, y conectar con una calma interna que nos sostenga.
Esta integración me permite abordar no solo lo cognitivo y conductual, sino también lo emocional y existencial, ayudando a mis pacientes a sanar desde dentro y construir una vida más auténtica y significativa.
Antes de ser psicóloga, cuando comencé mi propio camino de sanación, fue la autocompasión la clave que me permitió reconectar conmigo, reconocer mi valor y darme el lugar que merezco. Luego, en mi formación profesional, el Mindfulness se sumó como una guía para habitarme con más presencia, cuidado y amor.
Por último, para que me conozcas un poco más a nivel personal te voy a explicar con detalle algunos de los valores que me definen a mí y a mi forma de trabajar.
Me considero igual a otro ser humano, no pretendo estar por encima ni por debajo de nadie, sé que todos venimos de la tierra y que tenemos las mismas necesidades.
Procuro mantener una actitud positiva incluso en situaciones negativas de la vida.
Abierta a crecer a nivel personal, a desarrollar nuevas habilidades, respetándome y nutriéndome del saber de otros.
Soy consciente de mi sufrimiento y del tuyo sin juzgar desde la comprensión, la amabilidad y el amor.
Con fuerza a la hora de afrontar los retos, decidida, responsable de las consecuencias y del riesgo.
Sentir miedo es buena señal. ¡Hazlo con miedo!
Esforzándome a pesar de las dificultades. 100% comprometida conmigo y con lo que hago.
Conectada con las emociones propias y ajenas. Interesada en el arte, la música, la naturaleza...
Acepto las actitudes y opiniones de otros incluso cuando no coinciden con mis valores.
Reconozco, aprecio y valoro el bien.
Soy congruente con lo que pienso, siento y hago.
Te puedo ayudar con:
Ansiedad y atracones
Exigencia y perfeccionismo
Autocrítica y desarrollo de diálogo interno autocompasivo
Autoconocimiento
Amor propio y autoaceptación
Imagen corporal
Gestión-Validación e inteligencia emocional. Sentimientos de rabia, culpa, verguenza.
Relaciones de cualquier tipo de pareja, con la familia, con mis amigos o contigo misma.
Autenticidad
Miedo al rechazo, a fallar, a no encajar, a no ser querida y aceptada por los demás.
Traumas de apego para liberarte de patrones insanos como la complacencia, priorizar al otro antes que a tí,
Comunicación y habilidades sociales
Aprender a poner límites, decir que no.
Contáctame :)
Social Chat is free, download and try it now here!